Sí, claro, estaré aquí a menos de que salga no toques el timbre si ves las luces apagadas o si escuchas voces tal vez esté leyendo a Proust si alguien desliza un libro suyo bajo mi puerta o si arrojan uno de sus huesos en el estofado, no presto dinero ni el teléfono ni lo que queda de mi auto si quieres coge el periódico de ayer, una camisa vieja un sandwich a la boloñesa o duerme en el sillón si es que no gritas de noche te permito que hables de ti misma lo que es normal; los tiempos duros nos pegan a todos sólo que yo no trato de formar una familia de mandar a mis hijos a Harvard o de comprar una finca con áreas de caza, no aspiro a tanto sólo trato de mantenerme vivo de aguantar un poco más, así que si alguna vez tocas a mi puerta y no respondo y no hay una mujer adentro es que tal vez me rompí la quijada y esté buscando un poco de alambre o cazando mariposas en la pared tapizada, lo que quiero decir es que si no respondo, y la razón es que todavía no estoy listo para matarte o para amarme, ni siquiera para aceptarte, lo que significa que no quiero hablar, que estoy ocupado, enojado, alegre o al vez estoy colgado de una cuerda; así que si las luces están encendidas y oyes ruidos como de respiración, de rezos, de voces cantando por el radio, de chasquidos de dados, o de golpeteos de máquina de escribir vete, ese no era el día, ni la noche, ni la hora adecuada; y no es descortesía, no deseo lastimar a nadie, ni siquiera a un insecto, aunque a veces reúno evidencias de algunos bichos me requieren clasificación, pero tus ojos azules, si es que son azules o tu cabello, si es que tienes o tu cabeza, no pueden entrar hasta que la soga se corte o se anude hasta que me haya rasurado en espejos nuevos, hasta que el mundo se haya revelado o detenido para siempre.
CHARLES BUKOWSKI